Luisa Luisi
Luisa
Luisi (1883-1940),
maestra y poeta, nació
en Paysandú. Autora de
numerosos artículos
sobre temas educativos y
de crítica literaria,
colaboraba con diversos
diarios y revistas.
Además de sus libros de
poesía, publicó también
algunos libros de
ensayos y de crítica
literaria. Fue miembro
del Consejo de Enseñanza
Primaria y Normal entre
1923 y 1929.
El padre, Ángel Luisi
Pisano, italiano, trajo
a América sus ideas
masónicas de libertad,
la madre, María Teresa
Josefina Janicki hija de
polacos exiliados en
Francia, recién casados,
llegan en 1872 a Entre
Ríos, Argentina y en
1878 a Paysandú,
Uruguay. En 1887 se
instalaron en
Montevideo.
Los Luisi - Janicki
fueron una familia de
trabajadores y
educadores que se
desarrolló en un
ambiente de resistencia
y rebeldía, de
pensamiento muy liberal
para la época. Todas sus
hijas estudiaron
magisterio y algunas de
ellas siguieron carreras
universitarias siendo de
las primeras mujeres
profesionales.
Luisa fue una estudiante
muy aplicada y estudió
Magisterio en el
Instituto Normal de
Señoritas "María
Stagnero de Munar",
carrera en que se graduó
en 1903. Inició su
carrera como ayudante de
la Escuela de Tercer
Grado número 2, para
luego dirigir la Escuela
de Práctica de segundo
grado y la Escuela de
Aplicación. Muy joven
aún, fue redactora del
gran diario La Razón de
Montevideo. Integró el
Consejo Nacional de
Enseñanza Primaria y
Normal entre 1925 y
1929; en este último año
se jubiló. Fue profesora
de idioma español en la
Sección Femenina de
Enseñanza, y de Lectura
y declamación en el
Instituto María Stagnero
de Munar. Sin embargo,
en su vida hubo un
espacio destinado a la
poesía. Logró publicar
cuatro poemarios,
mientras que también
incursionó en la prosa
con otros cuatro
trabajos editados y
principalmente dedicados
a la educación.
Participó como delegada
oficial en el Congreso
del Niño realizado en
Buenos Aires en 1916, y
ocupó el cargo de
secretaria en la Sección
Educación del Segundo
Congreso del Niño,
llevado a cabo en
Montevideo tres años
después. Contrajo en su
madurez una parálisis
irreversible que la
consagró a una vida
sedentaria. Destacó como
crítica literaria. Fue
declarada socia
honoraria por la
Asociación de Profesores
de Primaria de Río de
Janeiro. Murió en 1940.
Artículo del diario El Día (11 de abril de 1940) alusivo a su muerte
La crítica ha destacado las formas clásicas que reviste su verso y los valores intelectuales de su poesía; se la enclava junto a las otras tres representantes uruguayas del posmodernismo: María Eugenia Vaz Ferreira, Juana de Ibarbourou y Delmira Agustini.
Publicación de Mundo Uruguayo (1930) en conmemoración de los 100 años de la jura de la Constitución
Su poesía de índole
filosófica y su vasta y
rigurosa obra crítica
alcanzaron pronto una
dimensión internacional
pública en Buenos Aires
y en Barcelona y es
reseñada en Madrid y en
París. Hablan de ella
Rafael Cansinos Assens
(Verde y dorado en las
letras americanas.
Semblanzas e impresiones
críticas (1926-1936),
Aguilar, Madrid, 1947],
F. Contreras (L’espriti
de l’Amérique Espagnole,
París: Col. de la
Nouvelle Revue Critique,
1931) y César González
Ruano (Literatura
Americana. Ensayos de
madrigal y de crítica,
Madrid: Fernando Fe,
1924). Fue traducida al
inglés por A. Stone
Blackwell (Some Spanish
American poets, New
York: Appleton & Co.,
1929), y después de
haber alcanzado
prestigio y
consideración, hoy no se
la recuerda, condenada a
un olvido injusto.
Fragmentos
de Poemas de la
inmovilidad y
canciones al sol
Luisa Luisi,
Editorial Cervantes,
Barcelona, 1926.
Y OTRA VEZ
LA ESPERANZA...
Y otra vez la
esperanza florecerá
en mi pecho?...
¿Otra vez la
corriente me llevará
en sus ondas?...
¿Otra vez la alegría
falsa, el dolor
certero
me envolverán en sus
vertiginosos giros?...
¿Otra vez, otra vez,
enlodaré mis manos?...
¿Otra vez, engañada,
también yo engañaré?...
¡Oh!, mi paz, mi
pureza, mi dolor,
compañeros,
compañeros amados,
¿al fin os dejaré?...
¿Seré, como los
otros, uno más en la
vida?...
¿Mutilarán mis
sueños la realidad y
el tiempo?...
¿Vuelvo de un viaje
largo donde me hallé
a mi
misma, y tendré que
perderme otra vez en
el
mundo?...
Yo que estuve tan
alto, ¿descenderé de
nuevo?...
Después de hablar
con Dios, ¿sólo
hablaré a los
hombres?...
¡Oh!, penoso,
doliente y noble
cautiverio
que me hiciste más
buena y me alzaste
en mi
misma,
mi adiós es
melancólico como un
adiós
supremo...
dejo en ti lo más
noble de mi vida
terrena...
SUEÑO
Este sueño me pesa
más acá de los ojos...
Sueño de unas
pupilas eternamente
insomnes;
que por almohada
piden la tiniebla
infinita,
y por manta el
espeso silencio de
la noche.
En el mármol velado
de mi estatua
yacente,
bajo los siete velos
de la inmovilidad,
ceñir con bandeletas
de olvido a mi
conciencia
como a una vieja
momia de polvorienta
faz.
Y para que el
silencio me envuelva
más profundo
y no turbe ni el día
obscuro sopor,
cegar los ventanales
de mis anchas
pupilas,
detener los latidos
del torpe corazón...
PALABRAS
Las palabras
deformaron el alma,
y la enlodaron...
¿En qué silencio te
hallaré algún día,
tú, que
ignoras acaso, que
mi silencio
tiene tu misma voz?...
En el misterio de
sus aguas quietas,
inmóvil y desnuda,
-blanco nenúfar-
floreció mi alma;
y ascendió su corola
del silencio
cálido y
aterciopelado,
donde una inmensa
floración se abre...
A través de sus
aguas de misterio,
¿qué heroísmo floral
ha de enviarme
su amoroso mensaje
de corola a corola,
y fecundar mi
pensamiento,
navegando callado,
en el océano
lustral de los
silencios?...
... Las palabras
deformaron el alma,
y la enlodaron...